La Plaza del Compromiso

La Plaza del Compromiso

En una zona tranquila y silenciosa del pueblo está el llamado Pasaje del Perdón. El lugar se llama así por la antigua imagen de un Crucificado pequeño colocado en una hornacina entre los dos balcones de una casa. Tiene siempre un farolillo encendido. Cuando la gente pasa por delante de él, se santigua o le reza. Es el Cristo del Perdón.

Nuestro Dios es Todopoderoso porque es Todomisericordioso. Es el Dios del Antiguo Testamento que tiene, con quienes lo aman, misericordia por mil generaciones (Ex 20,6); el Dios al que se le conmueven las entrañas por sus hijos perdidos y sale a su encuentro para abrazarlos y cubrirlos de besos (ver Lc 15,20). Si estas neceditado del abrazo de tu Padre, pásate por este espacio. Está en el pasillo del Palacio de Congresos, marcado con el color ocre.

Congreso Diocesano de Laicos

En este espacio, el Auditorio Guadalquivir del Palacio de Congresos, el evento principal que tiene lugar es la fase diocesana del Congreso de Laicos. El Congreso de Laicos se celebrará en Madrid los días 14 al 16 de febrero de 2020. Para preparar el Congreso se ha trabajado en tres sesiones en las parroquias y grupos durante el mes de septiembre y la primera quincena de octubre a partir de un material ofrecido por la Comisión Episcopal de Apostolado Seglar. Las reflexiones aportadas por todos los grupos de la Diócesis serán recogidas y presentadas aquí, en esta sesión Diocesana del Congreso de Laicos. Además de esta presentación, hay en esta sesión otro trabajo preparatorio para el Congreso.

A este Congreso Diocesano de Laicos están invitados todos los que han participado en la reflexión parroquial o grupal en la Diócesis.

Si quieres más información sobre la fase diocesana del Congreso de Laicos, la puedes encontrar aquí.

Recuerda: Palacio de Congresos, Auditorio Guadalquivir; espacio de color oliva.
11.00-13.00: Congreso Diocesano de Laicos.

Proyección de la película «Converso»

Una película sobre un órgano de iglesia, la familia, la armonía y algo más difícil todavía: la fe. Conceptos más o menos básicos desde los que intentar explicar algo tan profundo como inefable: las hermanas del director se convierten de repente al catolicismo y el cineasta trata de aprehender qué hay detrás de ese mecanismo de transformación personal.

Desmontando con inteligencia el formato clásico del documental de entrevistas (no olvidemos el doble juego del título, Converso viene también del verbo conversar), el director se sienta en una silla que convierte en confesionario de los otros y en el suyo propio al lanzar preguntas ante un espejo que no es otro que el espejo de casa.

Film de familia con búsqueda personal y con un gran interrogante cinematográfico: Si el Espíritu Santo entra en nuestra casa, ¿es posible hacer una película sobre él?